BESANDO A UNA MUJER

1ra. Entrega:

Escribir sobre el beso a una mujer, es tan inagotable, como la inagotable fuente de las aguas de una cascada. Porque cada día queremos besarla más. Besarla mejor. Besarla a plenitud. Es que, eso es lo que la mujer quiere y espera: más y más besos. El beso es una fantasía, y la fantasía de la mujer está en ser besada, no importa el sitio o el momento, un beso siempre será bienvenido por la boca de una mujer. Para besar a una mujer,
además de codiciarla a ella, hay que sentirse atrapado por el hechizo de los encantadores labios de una mujer.

Un beso es tan sencillo: dos bocas que se aman se cruzan, pero a la vez es tan complejo, porque cuando el hombre tiene besos deficientes puede desencantar a la mujer. Sobre el beso jamás me cansaría de escribir, porque jamás me canso de besar. Además el beso define de tal modo el éxito en una relación con una mujer, que dejar de pensar en buenos besos, es como dejar de vivir, porque la vida del hombre está en el amor con la mujer.
El beso es un enigma para toda mujer, y quien la ayuda a disfrutarlo, entenderlo y desearlo es el mismo hombre. El beso seductor es la tarjeta de crédito del hombre, y la mercancía que la mujer quiere. La piel de la mujer es tan bella, tan suave, tan codiciable, tan excitante, pero, a la vez es una piel tan sensible, que el besar esa piel, no tiene nada en este mundo que le de a uno mayor satisfacción ... y a ella también. La piel de una mujer es provocativa, y la mujer es provocadora, y ella nos entregará su cuerpo, provocándonos con su desnudez gradual: irá mostrando, se irá quitando, ... hasta dejar su piel bella, al oficio de los besos y las caricias. El beso se origina en los indescriptibles y hechizantes atributos físicos de una mujer, que el sólo contemplarlos provoca la sensación volcánicamente irresistible de besarla.
El beso que gusta a la mujer, la excita, y la hace lubricar corporal y mentalmente: es un beso que ella no puede, ni quiere rechazarlo; es ese beso masculino que le genera cosquilleo, y que hace que la ropa le moleste. La mujer se desnuda por algo muy simple: porque la ropa le roba el disfrute del beso de su amante. Por eso desnudar a una mujer obedece a un principio muy simple: y este es, que ella misma "ya no resista" la ropa, porque ya no resiste la excitación que le genera la boca masculina explorando su cuerpo.
Los besos que han llegado verdaderamente al ego de la mujer, son los que la impulsan a halagar al hombre con la belleza de su cuerpo desnudo: ¡y por Dios!, esto no es vulgar; simplemente, es algo natural, es deseable, es excitante, es la razón de la prolongación de la vida en el planeta. Yo lo entiendo de la manera siguiente, sin morbosidad ni vulgaridad: el cuerpo desnudo de la mujer, son pechos excitados que quieren ser acariciados y besados, es un abdomen femenino que grita ser explorado por la picardía del varón, son unos glúteos, por naturaleza altamente sensibles, que quieren ser sobados por la mano caliente de la pareja. Toda mujer quiere esto: si fuera vulgar, las primeras vulgares serían todas las mujeres, y, si fuera ese el caso, cualquier hombre quisiera entonces ser vulgar.
Una conclusión: se habla de que el hombre debe ser imaginativo para su aceptación por la mujer, y esto es así, porque es con la imaginación que el hombre enciende en la mujer, como logra amarla, desnudarla, hacerla ser mujer, hacerla disfrutar de la vida.Desnudarse es una palabra que ruboriza a una mujer, cuando no se ha hecho o cuando se ha hecho mal, y en ambos casos, estamos hablando de un hombre que la condujo deficientemente a una entrega vacía: porque si no la desnudó, fue porque no la condujo adecuadamente por la carretera de las pasiones desenfrenadas, y, si lo ha hecho mal, se refiere a que confundió someter físicamente a una mujer con someter pasionalmente a una mujer.
Quiero hacer una acotación a mis seguidores. Estos temas no se me hace tan fácil, ni tan cómodo, su abordaje, porque no puedo olvidar que puede ser leído por algún menor de edad, lo cual yo respeto mucho, porque si bien quiero comunicar lo que representa para mí la magia del beso, no quiero que esa magia blanca de la seducción, se convierta en magia negra de confusión. Es que no quiero debatir sobre aquello de que los adolescentes de hoy día, saben más que uno de sexo, porque por algo existe en las leyes aquello de "la censura", es decir, contenidos que no pueden comunicarse tan libremente sin preveer los efectos que pueda generar. Por mi parte, digo a los niños y adolescentes, que por carambola se tropezaron con este artículo, que las cosas íntimas entre hombre y mujer, no se aprenden en lecturas o videos, sino en experiencias de mútuo compartir con la pareja.
Próximamente, haré la última entrega del material que he venido redactando acerca del tema del beso a una mujer. Por lo pronto, espero haya sido instructivo ... y espero comentarios que me permitan mejorar.

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