¿Què es una Dama?. La respuesta varìa segun el individuo porque influyen la escala de valores, el sexo la edad, la sociedad, etc. Pero, ciertamente es la cualidad màs sublime que una mujer puede exhibir ante un hombre, como tambièn la menos comùn: por eso es tan valiosa esta cualidad, porque es tan lastimosamente escasa, como la escasa duraciòn de la belleza de un crisantemo. Una dama no sale de una làmpara maravillosa, ni es resultada de artificios màgicos de un hada madrina. No, no, porque una dama, es una hermosa realidad, producto de la genètica y de la adecuada educaciòn.
Una dama a los ojos de un hombre, es la representaciòn de la distinciòn. Es alguien que no es comùn y corriente, que no puede pasar inadvertida. Es màs que unos ojos bellos: es una mirada que no se puede olvidar. Es màs que unas piernas codiciables: es un caminar con perfecta armonìa de espacio y tiempo, con moderaciòn, decencia y seducciòn. Es màs que unos labios insinuantes: es una voz agradable, suave pero firme, tierna pero convincente. Es màs que una pasiòn carnal sin freno: es una compañìa que es difìcil no querer compartir. Es màs que un nombre: es un alma irradiante. Es màs que un perfume: porque ella misma es perfume. La verdadera dama no acepta la vulgaridad, la ordinariedad, la simpleza, ni la bajeza. Una dama es envidia de las demàs mujeres, sin ser ella envidiosa. Es un recuerdo contra el que un hombre no tiene ningùn antìdoto que lo defienda. Es una mujer codiciable, por su belleza corporal y espiritual. Es el verso que inspira a un hombre, en cualquier època. Es la mano siempre dispuesta a ayudar al pròjimo, sin interès. Es una mujer culta. Es una mujer que ha aprendido a valorar a un hombre, y, cuyas valoraciones al respecto son certeras y objetivas.
Es la eterna e inolvidable reina, màs que por su belleza, se hace reina de las miradas y atenciones, por su distinciòn y clase, que no tiene que ver con poseer mucho dinero, sino mucha elegancia y cultura.
Una dama a los ojos de un hombre, es la representaciòn de la distinciòn. Es alguien que no es comùn y corriente, que no puede pasar inadvertida. Es màs que unos ojos bellos: es una mirada que no se puede olvidar. Es màs que unas piernas codiciables: es un caminar con perfecta armonìa de espacio y tiempo, con moderaciòn, decencia y seducciòn. Es màs que unos labios insinuantes: es una voz agradable, suave pero firme, tierna pero convincente. Es màs que una pasiòn carnal sin freno: es una compañìa que es difìcil no querer compartir. Es màs que un nombre: es un alma irradiante. Es màs que un perfume: porque ella misma es perfume. La verdadera dama no acepta la vulgaridad, la ordinariedad, la simpleza, ni la bajeza. Una dama es envidia de las demàs mujeres, sin ser ella envidiosa. Es un recuerdo contra el que un hombre no tiene ningùn antìdoto que lo defienda. Es una mujer codiciable, por su belleza corporal y espiritual. Es el verso que inspira a un hombre, en cualquier època. Es la mano siempre dispuesta a ayudar al pròjimo, sin interès. Es una mujer culta. Es una mujer que ha aprendido a valorar a un hombre, y, cuyas valoraciones al respecto son certeras y objetivas.
Es la eterna e inolvidable reina, màs que por su belleza, se hace reina de las miradas y atenciones, por su distinciòn y clase, que no tiene que ver con poseer mucho dinero, sino mucha elegancia y cultura.
Se sabe que se està con una dama, porque el tiempo parece que no transcurriera. En la autèntica dama, siempre imperan los buenos modales. Ser una dama no disminuye la condiciòn de mujer: màs bien la exalta, porque añade a la belleza femenina un enigma de atracciòn, que cuando el hombre se percata de su presencia, ha perdido ya muchas noches. Ser una dama, no disminuye la condiciòn de hembra: porque es aquella mujer que sabe amar y entregarse al hombre, pero que ademàs sabe còmo obtener el amor que desea, y la entrega a la que aspira.
Una dama inspira en un hombre, la heroicidad, el atrevimiento, la mansedumbre, la pasiòn, el deseo, ... la vida!. Una dama convierte un sitio en un recuerdo. Una dama hace provocar que la duraciòn de cada minuto, parezca una eternidad.
Una dama quiere ser besada, acariciada y poseìda, siempre queriendo experimentar el despliegue de su intimidad y pasiòn, y que sòlo unos cuantos saben còmo besar a una dama. Es besar una piel suave, limpia, perfumada, y, es un aprendizaje continuo, porque sòlo besando mejor cada vez, es como se puede ser su dueño; es besar dònde se debe, cuànto se debe, y còmo se debe. Es besar piernas, cabello, labios y un cuerpo muy bien cuidado, con el esmero requerido para ser un cuerpo que resulte seductor y atractivo al hombre. Es besar con imaginaciòn, porque sòlo con humor e imaginaciòn se puede besar prolongada y profundamente a una dama. Es que una dama es una mujer moderna, que sabe exhibir su belleza, que està a la moda, que seduce, que tiene encantos radiantes, que tiene una imagen personal impactante, como mujer y como hembra.
Acariciar a una dama, requiere mayor arte: porque el cuerpo todo de esa dama, debe experimentar las vibraciones de la seducciòn, es decir, con la delicadeza pertinente, la mano masculina debe llenar de cariño y tacto su cara, su cabello, sus pechos, sus brazos,sus piernas, sus pies, sus dedos, todo su cuerpo debe ser bañado por la mano masculina. Es acariciar con variedad, ritmo y atrevimiento: que no quede nada en su bellìsimo y encantador cuerpo, que no haya experimentado la ley del varòn.
Una dama quiere oìr palabras galantes,seductoras, ìntimas: quiere oìr aquellas palabras que desnuden su inimaginable belleza, y que haga prisioneras su imaginaciòn y recuerdos.
Sì es posible tranquilizar la principal preocupaciòn de una dama al entregarse,como es el saberla conducir al èxtasis, y, esto sòlo lo proporciona la experiencia, la imaginaciòn y la virilidad. Es simplemente dejarle ver a esa dama la capacidad personal que uno posee para llegar a ese objetivo. Por cierto, es un objetivo que sòlo se consigue con autocontrol, seguridad, atrevimiento y consideraciòn ... y sobre todo, concediendo el tiempo necesario. Esa es la clave de su èxtasis integral: "el tiempo", que muchos hombres no tienen el tacto para hacerlo valer, y que es el gran enigma de la dama en su entrega. Tiempo para besar, tiempo para acariciar, tiempo para desnudar, tiempo para la pasiòn, tiempo para relajamiento. Tiempo es lo que exige una dama, para encontrar soluciòn a ese rompecabezas, que està referido a la clave de su satisfacciòn, pero que no cualquiera tiene esa clave. Quien tiene esa llave, es el dueño de la belleza de una dama, que una vez que se sabe seducida, puede ser posesiva y celosa.
Una dama es un recuerdo imborrable. Una dama quiere recuerdos imborrables. Besos càlidos, hùmedos, ìntimos: estos son los besos que una dama espera recibir.Las palabras son momentos de vida que robamos a nuestra alma: pero las palabras propias para una dama, hay que robarlas tambièn a nuestro corazòn, para que puedan llegar a ese corazòn femenino. A una dama sòlo se le pueden dedicar palabras galantes, sin doblesentido innecesario porque ella no es vulgar. Tienen que ser unas palabras que expresen la energìa masculina, es decir, palabras que hagan nido en su corazòn, y que sean como un virus en sus pensamientos, que le ocasionen la enfermedad llamada "amor".
1 comentario:
Hola muy buenos días solo para expresarle una felicitación por tan bello escrito es interesante e inspirador su articulo muchas gracias Sr. Ángel Paz
atentamente: Blanca Balderas.
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